En etiquetas anteriores veíamos las distintas partes en las que se divide la prehistoria. A continuación, nos centraremos en una de las dos etapas, el Paleolítico.
Los seres humanos del Paleolítico lograron subsistir gracias a que vivían en grupos y a que poseían un grado de inteligencia que les permitió fabricar instrumentos y dominar el fuego.
Estas comunidades humanas se dedicaban a la caza y a la recolección, pues no conocían aún la agricultura ni la ganadería. También pescaban peces, crustáceos y moluscos. Eran depredadores, es decir, consumían lo que les ofrecía la naturaleza sin preocuparse de reponer los recursos o alimentos: frutas silvestres, huevos, miel, insectos... Cuando los recursos se agotaban en un lugar, se desplazaban a otro en busca de comida; por lo tanto, eran nómadas. De los animales que cazaban para comer aprovechaban todo: carne, grasa, leche, huesos, sangre y piel.
Los grupos humanos estaban formados por unos 20 o 30 individuos (ya que, si eran demasiados, resultaba difícil conseguir alimentos para todos) que vivían en el mismo espacio: una cueva, algún lugar protegido o un campamento. Estas comunidades, cuyos miembros estaban unidos entre sí por lazos familiares, reciben el nombre de hordas. La esperanza de vida era de entre 20 y 40 años. En ocasiones, varias hordas se reunían en un lugar determinado para cazar. Esta Asociación de hordas se conoce como tribu.
Dentro del grupo, el trabajo fue especializándose poco a poco según las necesidades: la mujer se encargaba del cuidado de los hijos, la recolección de frutos y la captura de animales pequeños, el mantenimiento del fuego y el curtido de pieles, mientras que el hombre se dedicaba a la caza, a la fabricación de útiles y a la defensa del campamento. Estos cazadores desarrollaron técnicas de caza en grupo, una de ellas consistía en acorralar a los animales y empujarlos, de modo que cayesen en trampas o se precipitasen en barrancos.
Además, también existía una cierta jerarquía dentro de cada grupo, es decir, algunos individuos tenían más importancia que otros: el guerrero más fuerte, el anciano más sabio y el hechicero o curandero.El hechicero conocía las propiedades medicinales y curativas de ciertas plantas. Probablemente, no salía de caza, sino que permanecía en la cueva o campamento, donde mantenía el fuego, recogía plantas y cuidaba de los enfermos.
Durante este periodo se produjeron varias innovaciones técnicas, algunas de las cuales fueron las siguientes:
- El trabajo de la piedra. Los primeros homínidos utilizaron materiales que encontraron en la naturaleza como piedras, palos y huesos, para cavar, golpear o arrojar. Desarrollaron técnicas para hacer útiles de piedra; así, eran capaces de tallar un tosco filo en una piedra golpeándola contra otra para emplearla como un hacha de mano. Usaban las piezas desprendidas o lascas como cuchillas para cortar y limpiar las pieles de los animales.
- El control del fuego. El fuego era muy importante para la supervivencia de los seres del Paleolítico. Al principio solo eran capaces de mantenerlo; posteriormente, aprendieron a producirlo por percusión (golpear una piedra con la otra hasta hacer saltar una chispa) y por fricción (frotando un palo contra otro). El fuego lo utilizaban para iluminar y calentarse, asar la carne, reblandecer las pieles, cocer verduras y ahuyentar e incluso acorralar a animales de gran tamaño para cazarlos.
Fuego por fricción Fuego por percusión
- El trabajo de las pieles. Constituía una de las técnicas más destacadas y exigía cierta destreza para que no se estropearan. Las pieles de los animales se utilizaron para hacer vestidos, calzados, bolsas, cubiertas de cabañas, correas, etc. Servían, además, para dormir sobre ellas y, puesto que los grupos humanos se desplazaban con frecuencia, las empleaban también como recipientes para transportar alimentos, agua, hierbas medicinales, armas para cazar, etc. Por todo ello, el cuidado de las pieles era muy importante: tenían que engrasarlas a menudo para mantener su flexibilidad e impermeabilidad.
Los individuos del Paleolítico tenían un concepto mágico de la vida y ciertas creencias religiosas, como demuestra el hecho de que enterraban a sus muertos. Divinizaban las fuerzas de la naturaleza, antes las que sentían temor, como el trueno, la lluvia o el Sol. Dibujaban animales en las paredes y el techo de las cuevas o cavernas; son las llamadas pinturas rupestres. Se puede decir, por tanto, que el arte comenzó en el Paleolítico.
Pintaban los animales que pretendían cazar, como mamuts, bisontes, ciervos, linces, jabalíes y caballos; se cree que pensaban que así tendrían éxito en la caza. Es probable que el hechicero recitara fórmulas mágicas delante de las pinturas y que el ritual terminase con la simulación de una cacería.
Entre las pinturas rupestres mas destacadas se encuentran las de la cueva de Altamira, en Santillana del Mar, Cantabria, donde aparecen numerosas representaciones de ciervos, bisontes, cabras, jabalíes y caballos. Si queréis conocer más sobre estas pinturas, podéis observar varias entradas en la etiqueta de "Actividades de Ampliación".
Otras manifestaciones artísticas de este periodo son las llamadas "venus". Se trata de pequeñas estatuas hechas de marfil, piedra o hueso, que representan a la mujer con formas femeninas muy exageradas y voluminosas. Se cree que estaban relacionadas con el culto a la fertilidad y a la vida. También realizaban bastones y piezas de pequeño tamaño talladas con forma de cabeza de caballo y de ciervo.
Por último, podéis observar este esquema-resumen del Paleolítico junto a los siguientes vídeos y actividades para que profundicéis y se muestren claras las características principales de esta etapa de la Prehistoria.
Paleolítico Inferior
Paleolítico Superior
También podeis visitar el siguiente enlace:
1. Vuelve a visualizar el vídeo y responde a las cuestiones que aparecen.
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